El Rey Ezequías hizo una limpieza de su reino destruyendo aquellas cosas que apartaban al pueblo de seguir fielmente a Dios. Lea una conversación imaginada con el rey.
“Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré” 2 Corintios 6:17

¿Alguna vez has tenido algo en tu vida el cual no querías soltar debido a los recuerdos asociados a eso? Obviamente, no hay nada malo en un recuerdo. Pero ocasionalmente, podría haber algo no muy bueno en tu vida, a lo cual secretamente te cuelgas debido a un recuerdo o memoria; y porque existe una pequeña posibilidad de que vayas a pasar por ese lugar de nuevo. Podría ser algo escondido en un lugar secreto o algo grabado en el computador o en una lista de contactos. Pudiera ser algo incluso no físico o digital; podría ser una imagen mental que secretamente atesoras y repasas de cuando en cuando en momentos en que te sientes menos que “bien”. Te podrías estar colgando a algo que disfrutabas antes de convertirte; y ahora estás renuente a soltarlo. Muy adentro de ti, sabes que realmente no debe tener lugar en tu vida, si en verdad quieres agradar al Señor. También sabes que podría ser una tentación para ti, si piensas lo suficiente acerca de esto. Un cristiano no quería tener nada que ver con un violín porque había sido violinista en los bailes y fiestas antes de que fuera salvo. Para él, tomar un violín después de eso, le traía recuerdos de todas las danzas y melodías que tocaba antes en el camino al infierno y temía qué podría hacerlo de nuevo en momentos de debilidad. Dijo que Dios salvó al violinista pero no al violín. Esa era su convicción.

A veces hay que hacer una limpieza en la vida. Ezequías, el nuevo rey de Judá es un ejemplo. Tuvo que hacer una limpieza del reino. Él trató de remover todo lo que era de detrimento espiritual para su gente. Los ídolos, altares y símbolos fueron tirados a la basura; todo lo negativo que había entrado en sus vidas. Era increíble que el pueblo de Dios hubiera dejado entrar tantas cosas sin valor en sus vidas, causándoles a alejarse aún más de Dios. Se puede imaginar un diálogo con el rey acerca de la serpiente de bronce que tenían guardada. “Pero Rey Ezequías, ¿vas a quebrar eso en pedazos? Tiene una rica historia. Tiene gran valor arqueológico y es una pieza del pasado. Hemos guardado esa serpiente de bronce con nosotros por siglos – desde que Moisés la puso en un poste y la gente fue sanada de las mordeduras de las serpientes. Y eso no fue ayer. La respetamos profundamente. De hecho, hemos estado ofreciendo sacrificios a ella.” Al final, ¿qué hizo el rey Ezequías? “El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel” (2 Reyes 18:4).

El rey insistió en la limpieza. Fue como si dijera: “¡Todo lo malo tiene que salir! Destrúyanla y desháganse de ella. Ni siquiera se queden con un fragmento de esto. Lo que una vez era una cosa legítima y usada por Dios, ha sido abusada por nuestros corazones malos y ha sacado de su lugar a Dios mismo. Sólo Dios tiene el derecho de tener el primer lugar en nuestras vidas y a ser alabado. Esto se ha convertido en un ídolo y es pecado descarado. Si esperamos alguna vez tener bendiciones de Dios, debemos limpiar la casa y honrarle a Él. Hay que deshacernos de cosas que hemos guardado por mucho tiempo.” Conviene que nos preguntemos: ¿hay algo en mi vida que no me está ayudando espiritualmente? ¿Necesito lidiar con eso hoy y sacarlo de mi vida y seguir viviendo para el Señor? Camina cuidadosamente y cerca del Señor hoy. –P.Ramsey/P.Avalos/daj

Lectura Diaria:
Jueces 21 [leer]
/Isaías 40 [leer]
/1 Corintios 16 [leer]