¿Pertenece usted a una iglesia? ¿Es un organismo u organización? Considere la enseñanza bíblica para sacar una conclusión correcta.

“Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. 1 Corintios 12:18, 27.

La primera vez que Jesús mencionó su futuro plan de edificar su iglesia fue en respuesta a la confesión de Pedro acerca de su persona. Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” Mateo 16:16. Frente a esta declaración, Jesús dijo que “sobre esta roca (verdad) edificaré mi iglesia” v.18. Históricamente la iglesia de Cristo comenzó cuando el Espíritu Santo vino al mundo diez días después de la ascensión de Cristo al cielo. El Espíritu entró en cada uno de los verdaderos seguidores de Cristo formando un organismo conocido como el cuerpo de Cristo. Desde entonces, cada persona que pone su fe en Cristo es hecho parte de este cuerpo del cual Cristo es su cabeza, “así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros” Romanos 12:5. En la celebración de la Cena del Señor, damos expresión a esta verdad del cuerpo pues “el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan” 1 Corintios 10:16.17.

Es precioso ver en una reunión como hermanos de diferentes razas, nacionalidades, situaciones económicas y edades, juntos participan en común de los privilegios recibidos por gracia. “Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” 1 Corintios 12:13. En algunas partes del mundo se ha perdido la visión de la iglesia como un organismo cuyos miembros dependen de Cristo la Cabeza para dirigir sus actividades. Se han creado entidades llamadas “iglesias” que en realidad parecen ser organizaciones. En vez de usar la enseñanza en las epístolas de Pablo el apóstol para conducir los asuntos de una iglesia local, han aplicado las reglas de administración de una empresa para manejar sus actividades. Cristo prometió edificar su iglesia como un cuerpo compuesto de varios miembros, cada uno respondiendo a la dirección de Él. Cuando se pierde esta visión, una compañía de cristianos, aunque esté bien organizada, comienza a funcionar con métodos y prácticas contrarias a la guía de la Cabeza a quien no toman en cuenta.

¿Qué es lo que necesitamos los cristianos hoy día para responder a lo que el Señor desea ver en su iglesia? Pablo oró para que “el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él” Efesios 1:17. Con este alumbramiento en nuestro entendimiento, sabremos “cuál es la esperanza a que él (n)os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” v.18. Así sabremos “cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos… la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, vv19-20. Allí todas las cosas están sometidas “bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo” vv.22-23. Cuando los hombres dejan de manipular la iglesia local como si fuera un negocio, y se someten a la dirección de su cabeza, se logra el nivel de madurez que se desea ver en “los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” Efesios 4:12. Sometámonos a Cristo la cabeza para que funcionemos como Él quiere en la iglesia, la cual es su cuerpo. –daj