Es muy especial la experiencia singular de Pedro cuando tuvo que abrir sus ojos para ver que Dios quería salvar a todo el mundo y no solamente a los judíos. Tuvo que ir a la casa de un militar romano y grato fue el resultado experimentado en respuesta la presentación del evangelio.

 

“De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.” Hechos 10:43.

Pedro el apóstol fue advertido por Dios mismo que no debiera practicar la discriminación nacional. Quiso quedarse sirviendo al Señor entre los judíos. Un día tuvo una visión muy singular en que vio un lienzo descender del cielo “en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo” Hechos 10:12. Pedro tenía hambre y en otra parte de la casa, le estaba preparando algo para comer. Una voz se escuchó diciendo: “Levántate, Pedro, mata y come” v.13. Pedro dijo que no era su hábito de comer cosas consideradas inmundas entre los judíos. En respuesta a esto, la voz dijo: “lo que Dios limpió, no lo llames tú común” v.15. Mientras estaba en eso, tres visitas golpearon en la puerta preguntando por él. Habían sido enviados de parte de un centurión, militar romano muy piadoso. Dios le había indicado que enviara a Cesarea para invitar a Pedro para que fuera pues quería escuchar la Palabra de Dios, v.22.

Pedro obedeció a Dios y fue con las visitas, quizás con un poco de recelo porque no había predicado a los gentiles antes. Entrando en la casa de Cornelio el centurión, recibió una cálida bienvenida; “tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado” v.33. Pedro destacó grandes verdades en su mensaje. Estableció que Dios no hace acepción de personas, sino se agrada de los que le temen, vv.34-35. Luego introdujo el tema principal: “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos” v.36. Cornelio, como oficial del gobierno de Roma sabría la parte histórica acerca de la crucifixión de Jesús. Quizás el centurión encargado de la crucifixión hubiera sido colega conocido de Cornelio. Seguramente este hombre escuchaba con mucha atención mientras Pedro interpretaba los eventos.

Pedro seguía con su presentación aduciendo que el con sus condiscípulos habían sido testigos de “todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero” v.39. Pronto llegó a la parte clave, anunciando que Jesús resucitó de entre los muertos y que Pedro mismo le había visto y había comido con Él. Hizo referencia al encargo recibido para predicar al pueblo y testificar de Jesús. Finalizaba su mensaje anunciando que “todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” v.43. No había terminado su discurso cuando vino el Espíritu Santo sobre los que escuchaban el evangelio de Jesús, en el cual los asistentes habían creído. Dios no hizo discriminación dejando fuera del alcance de su gracia a los gentiles. Ahora ellos también formaban parte del cuerpo de Cristo, bautizados en él por el Espíritu. Fue un día especial cuando Pedro presentó al Salvador ante un auditorio gentil por primera vez. Millones de mensajes han sido presentados entre los gentiles desde aquel entonces sin que el tema principal haya cambiado, es a saber, “que todos los que en él (Señor Jesús) creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” v.43. ¿Es creyente Ud. en este Salvador? –daj

Lectura Diaria:
Rut 3-4 [leer]
/Isaías 43-44:5 [leer]
/2 Corintios 3-4:6 [leer]