Hay ciertas doctrinas importantísimas que la Biblia revela. La responsabilidad de responder a ellas en forma permanente es nuestra. Lea como Juan el apóstol presenta este requerimiento.
“Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.” 1 Juan 2:24. 

El apóstol ha dicho claramente que los que conocen al Hijo conocen al Padre. Lo maravilloso es que a través de conocer al Hijo como Salvador, el Espíritu Santo pone en nuestro corazón “el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” Romanos 8:15. Las tres personas de la Trinidad están con nosotros. Es una gran verdad contenida en el evangelio que creemos para ser salvos. Y esta verdad ha de continuar con nosotros en forma permanente. “Lo que habéis oído desde el principio, PERMANEZCA EN VOSOTROS.” v.24. La responsabilidad de la persona que ha creído en Cristo es permitir que la verdad ejerza su influencia constantemente en nuestra vida. Afectará nuestro ánimo. Producirá gozo en nosotros. Nos mantendrá en comunión con Dios.

Las doctrinas oídas desde el comienzo no cambian con el pasar de los años. Las doctrinas referentes al Hijo de Dios y al Padre son permanentes y es la responsabilidad de cada cristiano adherirse a ellas. De esta manera se evita que los vientos de ideas cambiantes del mundo no afecten al seguidor de Cristo. El que permanece en la doctrina no negará al Padre ni al Hijo. Es importante que entendamos las doctrinas de la encarnación de Jesús y de su vida perfecta. También darnos cuenta de su poder singular para efectuar milagros y luego la eficacia de la obra realizada por Él en la cruz. Es imprescindible que sepamos los alcances de la muerte, la sepultura y la resurrección del Señor Jesús. Ya está ascendido y glorificado, y a Él mismo esperamos en cualquier momento para llevarnos al cielo. Todo esto es doctrina.

Jesús destacó la necesidad de oír y obedecer su palabra usando la figura de un “hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca” Mateo 7.24. Cuando la lluvia, los ríos y los vientos golpearon contra la casa, NO CAYÓ, “porque estaba fundada sobre la roca” v.25. En otras palabras, la casa permaneció en pie. La roca es una figura del conjunto de doctrinas que sirve como base firme para nuestra vida. Por lo tanto, “si lo que habéis oído… permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.” –daj

Lectura Diaria:
Josué 18-19 [leer]
/Isaías 13 [leer]
/1 Tesalonicenses 4 [leer]