Nadie quiere ser calificado como asesino. Aunque una persona no mate a nadie, puede ser que adopte una actitud de aborrecer a su hermano y esto equivale a no considerarlo digno de su amor. Es como “matarlo” en su relación con él.

“Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.” 1 Juan 3:15.

El verso 14 terminó describiendo a una persona que revela su condición espiritual cuando no ama a su hermano. Es pecado por omisión, “el que no ama a su hermano, permanece en muerte” v.14. El verso 15 define un pecado por comisión; es el pecado de aborrecer a su hermano. El amar y el aborrecer son dos polos aparte. Es como la diferencia entre la luz y las tinieblas, entre la vida y la muerte. Se excluyen mutuamente. La consecuencia final de aborrecer a alguien equivale a “matar” a la persona. En este caso extremo, es privar al otro de consideración y tratarle como un muerto. Alguien ha dicho, “A quienquiera le aborrece, le desea muerto”.

El texto de cabecera califica al que aborrece como “homicida”. Nuestro Señor Jesucristo dijo algo similar, “Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio” Mateo 5:21-22. La conclusión de Juan el apóstol referente al que aborrece es terminante: “sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él” v.15. No tener la vida eterna es una condición catastrófica. Jesús lo dijo claramente, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” Juan 3:36. Ahí están las dos condiciones: o se tiene la vida eterna por creer en el Hijo y si no, la ira de Dios está sobre la persona que no cree. ¿Cuál es la condición suya?

El caso de Caín muestra el proceso. Desobedeció a Dios con su ofrenda y se molestó porque la suya no fue recibida. Obstinado, no quiso arrepentirse cuando Dios le dio la oportunidad. De ahí Caín aborreció a su hermano Abel cuyo aprecio por la voluntad divina fue un contraste con el desprecio practicado por Caín. ¿Qué ganó Caín con matar a su hermano? Momentáneamente terminó con un testimonio que le hacía recordar la justicia de Dios. Se convirtió en homicida y hay evidencia bíblica que Caín no se hallará en el cielo, pues no había vida eterna en él. –daj

Lectura Diaria:
1 Reyes 7 [leer]
/Jeremías 14 [leer]
/Efesios 6:10-24 [leer]