“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal” Deuteronomio 30:15

 

Un hombre recibió una invitación a una reunion de antiguos compañeros de escuela. Hacía 35 años desde que se habían graduado del liceo. Se lo contó a su esposa quien le preguntó, “¿Piensas ir tú?” Dijo él riéndose, “Solamente para ver a viejos calvos y blancos, no como estoy yo.” Y agregó, “En verdad, quería darme cuenta de mi propia vida, y lo que he hecho con ella, compararme con ex-compañeros y ver a algunos que he conocido desde la parvularia.” El hombre fue y al día siguiente conversó con su señora de su experiencia, “Lo que realmente me impactó fue ver un atril a la entrada. Contenía una lista de nombres, todos compañeros de clases, y ¡cuántos ya no estaban, pues se habían muerto! Me dejó pensando que hay algunos que están en un club de muertos, pero nosotros no pertenecemos a él. Tuve que reflexionar que desde que nacimos, ya estamos en el camino hacia la muerte, y debemos tomar esto en cuenta.” No sabemos más de lo que dijo el hombre, pero sería saludable que todos reflexionemos.

Las reuniones de antiguos compañeros de escuela son muy populares en ciertas partes del mundo. Hace un tiempo, una hermana asisitó a una celebración que reunió a los liceanos de cincuenta y cinco años atrás. Ella pudo constatar el deterioro en la salud de algunos, y que otros ya no estaban. La parte saludable en tales circunstancias es que nos obliga a darnos cuenta de la dirección de nuestra vida en el momento presente. ¿Que es lo que debemos tomar en cuenta? 1. Debemos reconocer que Dios es nuestro Creador, y Él quiere ejercer control sobre la obra de sus manos. Dios está consciente de todo lo que nos pasa. Dios es Él que raya la cancha, establece las reglas, y espera que respetemos sus decisiones. Quiere que reconozcamos su derecho de controlar nuestra vida. 2. Debemos reconocer que como el Creador de todos, desea entrar en una relación personal con cada uno. Él tiene interés en lo que hacemos con nuestra vida. El ve todo y nos tiene por responsables de ella. 3. Debemos reconocer también que hay consecuencias por nuestros actos, y acordarnos que la Biblia dice: “El alma que pecare, esa morirá”. No hay escapatorio. Finalmente, 4. Debemos reconocer que Dios ya quiere perdonar al pecador y la salvación está en su Hijo Jesucristo.

Es saludable considerar la vida propia de uno, y especialmente en relación al día de la muerte que se acerca. Antes de morir, Moisés reunió a los hijos de Israel diciendo, “Muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas. … yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. Porque yo te mando hoy que ames á Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla. … A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida.” Deuteronomio 30:14-19.  –daj

 

Lectura Diaria:
Marcos 14:1-26 [leer]
/Numeros 5:1-31 [leer]
/Proverbios 2:1-22 [leer]