Las palabras de Moisés entregadas a los israelitas al final de su vida deben resonar en nuestra mente como dignas de ser tomadas en cuenta. Conviene que cada uno las tome en cuenta para reflexionar sobre su vida y sobre su muerte.

“Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal.” Deuteronomio 30:15.

Un hombre recibió una invitación a una reunión de antiguos compañeros de escuela. Hacía 35 años desde que se había graduado del liceo. Cuando su esposa preguntó si iba a ir, dijo riéndose, “solamente para ver a viejos, calvos y blancos”. Agregó, “En verdad, quiero darme cuenta de mi propia vida y lo que he hecho con ella, y compararme con mis ex-compañeros pues algunos he conocido desde kínder”. El hombre asistió y el día siguiente dijo a su esposa, “lo que realmente me impactó fue ver un atril a la entrada. Contenía una lista de nombres, todos compañeros de clases, y ¡cuántos ya no estaban, pues se habían muerto! Me dejó pensando en ellos y tuve que reflexionar que desde que nacimos, ya estamos en el camino hacia la muerte, y debemos tomar esto en cuenta”.  No sabemos más de la conversación del hombre, pero es saludable que todos reflexionemos sobre nuestra vida.

Las reuniones de antiguos compañeros de escuela son muy populares en ciertas partes del mundo. En el mes de junio, 2004, una señora que tenía 72 años de edad asistió a una celebración que reunió a sus compañeros de liceo de cincuenta y cinco años antes. Ella pudo constatar el deterioro en la salud de algunos, y otros no estuvieron. La parte saludable en tales circunstancias es que nos obliga a darnos cuenta de la dirección de nuestra vida en el momento presente. ¿Qué es lo que debemos tomar en cuenta?
1. Debemos reconocer que Dios es nuestro Creador y Él quiere ejercer control sobre la obra de sus manos. Dios está consciente de todo lo que nos pasa. Dios es Él que raya la cancha, establece las reglas, y espera que respetemos sus decisiones. Quiere que reconozcamos su derecho de controlar nuestra vida.
2. Debemos reconocer que como el Creador nuestro, desea entrar en una relación personal con cada uno. Él tiene interés en lo que hacemos con nuestra vida. El nos tiene por responsables de ella.
3. Debemos reconocer también que hay consecuencias por nuestros actos. La Biblia dice: “El alma que pecare, esa morirá”. No hay escapatoria. Y finalmente,
4. Debemos reconocer que Dios quiere perdonar al pecador y salvarle pues la salvación está en su Hijo Jesucristo.

Es conveniente considerar nuestra propia vida, y especialmente en relación al día de la muerte que se acerca. Antes de morir, Moisés reunió a los hijos de Israel diciendo, “Muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas…. yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. Porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus derechos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra á la cual entras para poseerla…. A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición: escoge pues la vida.” Deuteronomio 30:14-19. Conviene que reflexionemos sobre nuestra vida y también sobre nuestra muerte. ¿Estamos preparados para ella? –DAJ

Lectura Diaria:
2 Reyes 8 [leer]
/Jeremias 42:7-43:13 [leer]
/Hebreos 11:1-16 [leer]