Todo el hombre aprecia a una persona confiable. Se necesitan personas fieles tanto en el mundo laboral como en el mundo eclesial. Es un requerimiento para quienes sean “ancianos” en una iglesia.
“…retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.” Tito 1:9. 

Cuando Pablo el apóstol escribió a Tito sobre sus actividades en la isla de Creta, entre ellas estaba la tarea de corregir “lo deficiente” y establecer ancianos en cada ciudad. Tito 1:5. En cuanto a los ancianos Pablo indicó ciertas características que debía reunir los que iban a servir de ancianos en la iglesia local. El texto de cabecera indica una de ellas como “retenedor de la palabra fiel” según la enseñanza recibida. También debía tener la capacidad de “exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen”. En otras palabras un verdadero líder bien preparado para defender la doctrina y enseñarla. Hoy día más que nunca, necesitamos a hombres como el descrito en este texto, enseñadores capaces de instruir y corregir. El error ataca constantemente para quitar honor a nuestro Padre amante y al Señor Jesús y también atribuye ciertas cosas al Espíritu Santo que no coinciden con lo revelado en la Biblia.

El anciano que sirve como enseñador ha sabido retener durante un buen tiempo la palabra fiel. La tiene bien agarrada y no estará dispuesto a soltarla. La habrá probado eficaz en su propia vida y la habría compartido con otros viendo su efecto eficaz al ser obedecida. La “palabra fiel” es una comunicación digna de ser tomada en cuenta y merece total confianza en lo que revela. La Palabra de Dios es palabra fiel. En una congregación de cristianos, el hombre que enseña bien es valioso. “Muchos hombres proclaman cada uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo hallará?” Proverbios 20:6. Las noticias cuentan de empresarios y empleados que no son fieles y causan vergüenza en las empresas donde trabajan. Se necesitan hombres fieles en el mundo laboral y de igual modo se necesitas hombres fieles en las iglesias también.

El ejemplo perfecto en cuanto a la fidelidad es el Señor Jesús. De hecho Él es presentado en Apocalipsis 1:5 como “Jesucristo el testigo fiel”. Es confiable y digno de ser creído. En el último capítulo de la Biblia, Jesús nos asegura: “Estas palabras son fieles y verdaderas” Apocalipsis 20:6. Ya que nuestro Señor Jesús es fiel y verdadero, se espera que los siervos suyos hayan de tratar de ser como es Él. Los que sean llamados a ser guías entre el pueblo de Dios tienen su ejemplo que seguir en el poder del Espíritu Santo. –daj

Lectura Diaria:
Jueces 1:1-2:5 [leer]
/Isaías 21:1-22:14 [leer]
/1 Corintios 1:1-31 [leer]