La fe es el ingrediente indispensable para agradar a Dios. Sencillamente significa dar crédito a lo que Él dice y luego actuar según lo que su palabra instruye. Antes de ejercer la fe, es necesaria una previa convicción de Dios nuestro generoso Creador y su deseo de bendecir a sus criaturas.

 

“Sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.” Hebreos 11:6.

 

La fe no es una moneda como para negociar con Dios usando “x” cantidad de “unidades de fe” para que Dios otorgue “z” cantidad de “unidades de bendición.” La fe no es como un depósito de buenas obras en el banco del cielo, para que en cierto momento saquemos algún dividendo para promover algún proyecto nuestro. Todo comienza cuando depositamos nuestra fe en Cristo para recibir como regalo la vida eterna. Jesús dejó terminada la obra de salvación por medio de su muerte, sepultura y resurrección. Dios dice, “cree esto y vivirás”. Por fe damos crédito a la palabra de Dios y cuando él ve nuestra creencia en su palabra confiando en Cristo, nos da la vida por medio de Él. El poder para salvar está latente siempre. Es como la fuerza eléctrica en la línea. Por medio del enchufe se conecta a ella. Por medio de la fe entramos en contacto con Dios.

 

La Biblia dice “es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” Hebreos 11:1. Lo que uno espera recibir está revelado en las promesas que Dios ha entregado a los que le aman. La convicción está presente porque que Dios lo dijo. La fe es la dinámica de la vida cristiana, requiriendo el nuevo nacimiento como el comienzo de una relación con Dios y por la cual somos hechos partícipes de la vida divina. Cuando esta relación está establecida entre Dios Padre y los hijos suyos, respondemos a una promesa como: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” 1 Pedro 5:7.

 

La invitación del Señor Jesús sigue vigente: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28. Dios espera que ejercitemos fe y nos advierte: “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón” Hebreos 10:35. Cuando el creyente en Cristo vive en el ambiente de la fe, descubre que Dios sorprende proveyendo áreas de servicio en que Él quiere ocuparnos. La vida de fe no es una rutina monótona, sino está llena de sorpresas revelando la fidelidad de Dios. Es la única manera de agradar a Dios. Debe ser la meta de todo cristiano — Vivir por Fe. –daj

Lectura Diaria:
Números 14 [leer]
/Proverbios 11 [leer]
/1 Pedro 3 [leer]